domingo, 31 de maio de 2009

María del Carmen Calviño Iglesias


La pintura de Mary Carmen es, como no podría ser de otra forma, profundamente honrada. Es un hacer cuya pretensión está en el rigor. Huye de aspavientos, de recursos demagógicos, y se da en toda la generosidad de quien no renuncia a conceder cuanto tiempo sea preciso para sentirse satisfecha con su resultado. No veremos en toda la exposición una obra que no esté profundamente acabada. Y debemos agradecerle que este criterio, este conocimiento, haya querido transmitirlo. Es, esta docencia, una prueba más de su desprendimiento y posiblemente su mejor regalo; durante años, decenas de coruñeses de todas las edades se forman en su taller, siempre abierto. Y espero que siga así, trabajando día a día, como nuestro mar. Por todo ello, como alcalde no puedo sino darte las gracias, y como amigo desearte el mejor de los futuros.
Francisco Vázquez Vázquez

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